En el segundo semestre del 2008, se desencadenó
la más grave crisis financiera y
económica desde la Gran Depresión, a medida que el mercado hipotecario de Estados
Unidos fue colapsando, y caían grandes instituciones financieras como los
grandes bancos de inversión, que hoy se han transformado en bancos comerciales
para tener acceso a los recursos del rescate federal, y la empresa aseguradora
más grande de Estados Unidos (aig) tenía que ser intervenida por el gobierno al
igual que el banco de ahorro y préstamos más grande
(Washington Mutual). Los canales tradicionales
de crédito se contrajeron drásticamente y para muchas empresas fue
muy difícil obtener el financiamiento requerido para su operación
diaria. La crisis estadounidense se extendió
rápidamente a Europa y a los mercados emergentes, que vieron como el
desacoplamiento del que se había hablado en el pasado no era más que un mito.
La crisis financiera se ha convertido en una crisis económica que rebasa la
esfera de las finanzas, es de alcance mundial y ha conducido a que las
expectativas económicas mundiales se hayan deteriorado rápidamente; se ha
vuelto común escuchar noticias sobre despidos masivos, cierres de
empresas y caídas en la actividad económica de diferentes países.
COMENTARIO:
La crisis hipotecaria del 2008 de los Estados
Unidos comenzó cuando los defensores del mercado hipotecario señalaron
que los beneficios para una parte de la población, que podría hacerse de
una casa, justificaban los riesgos de los préstamos subprime.
Las hipotecas de alto riesgo, conocidas en
los Estados Unidos de Norteamérica como subprime, un tipo especial de hipoteca,
son una innovación financiera utilizada para la adquisición de viviendas,
orientada a clientes con exigua solvencia económica, donde estos deudores son
en su mayoría personas de bajos ingresos y miembros de minorías, por tanto con
un nivel de riesgo de morosidad o no pago superior a la
media del resto de créditos que se
otorgan en el mercado.
En abril, New Century Financial, el mayor
prestamista
hipotecario
en el segmento subprime, se declaró en bancarrota y se acogió a la protección
del Capítulo 11 después de ser forzada a recomprar miles de millones de dólares
de créditos malos. La empresa señaló que tendría que recortar 3 mil doscientos
empleos, más de la mitad de su fuerza laboral.
Hasta mediados
de diciembre de 2007 que el banco de la Reserva Federal endurece las reglas
para los créditos subprime,
requiriendo a las
empresas hipotecarias tener más cuidado en revisar los ingresos de sus posibles
clientes y que expliquen completamente el costo de los préstamos. El FBI
comienza una investigación sobre 14 empresas involucradas en la crisis
hipotecaria subprime.
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